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La euzofera o abichado, es una polilla cuyas orugas de color blanco grisáceo viven debajo de la corteza del árbol, haciendo galerías dificultando la circulación de la savia. Otras veces las larvas de euzofera se encuentran en verrugas de tuberculosis, aunque aquí los daños que produce son muy limitados. El olivo afectado crece menos, pierde vigor, adquiere un color verde pardusco y cuando las orugas cortan le flujo de savia el olivo muere. En cualquier caso, el olivo muestra un decaimiento lento y en muchas ocasiones rebrota por debajo de la madera afectada.

Los daños más graves de esta plaga se producen en olivar joven, las polilla aprovechan para poner los huevos en pequeñas heridas, cortes de poda, roce de los arados, verrugas de tuberculosis, grietas producidas por hielo, etc. La presencia de esta plaga se aprecia por las deyecciones de la oruga mezcladas con serrín y sedas que hay alrededor de las heridas. Es importante saber, que en olivos que hayan sufrido mucho frío en invierno, los daños de euzofera serán muy graves en verano.

En este sentido, y desde hace varias semanas, se viene observando, en todas las provincias, un incipiente aumento de las capturas de adultos en las trampas instaladas para medir la evolución de las poblaciones de esta plaga.

Se aconseja realizar, por estas fechas, un seguimiento para valorar la incidencia que pueda tener este agente sobre nuestro cultivo, sobre todo en olivos en formación. Para ello debemos dirigir nuestras observaciones a las uniones de las ramas principales con el tronco, prestando especial interés en aquellos brotes en formación que van a constituir las futuras ramas principales y que, por su carácter un tanto herbáceo, son lugares de fácil presencia de la plaga.

Se recuerda, además, que en este periodo otoñal y de concentración del segundo máximo de vuelo de adultos, debemos valorar tanto los índices de capturas como el daño en el árbol por larvas de este agente, y, en caso necesario, plantearse la posibilidad de realizar alguna intervención.