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Estamos en pleno proceso de desarrollo para los productos hortícolas protegidos, y por ello hay que tener en cuenta los consejos que proporciona la Junta de Andalucía para este tipo de cultivos. Todo con el firme propósito de favorecer el desarrollo de los productos hortícolas.

En las fechas en las que nos encontramos, los insectos auxiliares se están instalando adecuadamente gracias a las favorables condiciones climáticas. Mientras tanto, en el cultivo de tomate, las plántulas vienen directamente del semillero acompañadas de Nesidiocoris tenuis.

A día de hoy, nos encontramos que los agentes más destacables por su presencia son la mosca blanca (en todos los cultivos) y el virus de la cuchara tanto en tomate como en judía. Si hablamos de las labores culturales que se están llevando a cabo, destacamos los riegos, blanqueos y manejos de las bandas de los invernaderos para controlar la ventilación y temperatura del interior.

Recomendaciones a adoptar

-Procurar la máxima estanqueidad posible de las instalaciones, evitando así la posible entrada de plagas y colocando placas cromáticas en los puntos más sensibles.

-Evitar las temperaturas altas en el interior del invernadero por medio de la aireación (manejo de bandas laterales y ventanas cenitales). Todo ello, acompañado de blanqueos para que sea aún más el control de la temperatura. Con esto, se favorece que se establezcan los insectos auxiliares y se evita el estrés en las plantas.

-Utilizar sustancias activas compatibles con la fauna auxiliar y respetar en todo momento las observaciones de cada producto fitosanitario.

-Para evitar la proliferación de vasates (Aculops lycopersici), además de esporas de enfermedades fúngicas, es frecuente aplicar azufre en las calles del invernadero para que el propio tránsito favorezca su diseminación sobre el cultivo.

-Desinfectar las herramientas para evitar contagio de virus y otras enfermedades.