10/06/14
Reconocimiento para el papel vital de la pesca artesanal
Las Directrices Voluntarias para garantizar la pesca sostenible en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza están diseñadas para apoyar a millones de pescadores artesanales del mundo, en particular en los países en desarrollo, promoviendo sus derechos humanos y salvaguardando un uso sostenible de los recursos pesqueros de los que dependen para su subsistencia.
La pesca artesanal representa más del 90 por ciento de la pesca de captura del mundo y de los trabajadores del sector pesquero –cerca de la mitad de los cuales son mujeres- y suministra alrededor del 50 por ciento de las capturas mundiales de peces. Supone una valiosa fuente de proteína animal para miles de millones de personas en todo el mundo y, a menudo sustenta las economías locales en las comunidades costeras y las que viven en las riberas de lagos y ríos.
Pero a pesar de su importancia, muchas comunidades de pescadores artesanales continúan siendo marginadas.
A menudo se encuentra en zonas remotas con acceso limitado a los mercados y a los servicios sanitarios, de educación y otros servicios sociales. Los pescadores en pequeña escala pueden tener dificultades para hacer oír su voz.
Los pescadores artesanales y los trabajadores del sector pesquero se enfrentan a una serie de retos, desde condiciones de trabajo inseguras e insalubres y la falta de infraestructuras a la contaminación, la degradación ambiental, el cambio climático y los desastres que amenazan los recursos de los que dependen para su subsistencia.
También pueden sufrir debido a las luchas de poder en condiciones desiguales y sistemas de tenencia inseguros de los recursos de tierras y de la pesca.
Las Directrices Voluntarias aprobadas hoy tienen por lo tanto carácter amplio, y van desde medidas para mejorar los sistemas de gobernanza de la pesca y las condiciones de trabajo y de vida a recomendaciones sobre cómo los países pueden ayudar a los pescadores artesanales y los trabajadores del sector pesquero a reducir las pérdidas y el desperdicio post-cosecha de alimentos.
"Estas directrices representan un enorme avance. Son una herramienta importante que promoverá la implementación de políticas nacionales que ayuden a los pescadores artesanales a prosperar, a desempeñar un papel aún más importante en garantizar la seguridad alimentaria, promover una nutrición adecuada y erradicar la pobreza. La FAO se ha comprometido a ayudar a los países a aplicar estas directrices”, subrayó el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
"Este logro –añadió- resulta especialmente apropiado en este año, en el que celebramos la agricultura familiar y estamos trabajando para centrar la atención en las necesidades de los productores de alimentos en pequeña escala. Quiero felicitar y agradecer a todos los involucrados en el proceso que ha llevado al resultado de hoy".
Arni M. Mathiesen, Subdirector General de la FAO al frente del Departamento de Pesca y Acuicultura, señaló por su parte que "las directrices ayudarán a que los pequeños pescadores conozcan y ejerzan los derechos con los que cuentan, y se hagan cargo de su propio desarrollo".
Instrumento único en su género
Como primer instrumento internacional dedicado por entero a la pesca en pequeña escala, las directrices piden coherencia en las políticas para asegurar que la pesca en pequeña escala puede contribuir plenamente a la seguridad alimentaria, la nutrición y la erradicación de la pobreza.
En particular, destacan la importancia de respetar y realizar los derechos humanos y la dignidad, y la necesidad de la igualdad de género en todo el subsector, al tiempo que insta a los países a garantizar que los pescadores artesanales están representados en los procesos de toma de decisiones que afecten a su medios de vida.
Las nuevas Directrices complementan los instrumentos internacionales vigentes, como el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO (1995) y las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques, del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (2012).
Más de 4 000 representantes de gobiernos, organismos regionales de pesca, organizaciones de la sociedad civil, el mundo académico y las comunidades de investigación y pesqueras de todo el mundo han participado desde 2011 en el desarrollo de las directrices, que obtuvieron la luz verde de los miembros del Comité de Pesca (COFI) reunidos en la sede de la FAO en Roma esta semana.
Sin embargo, Mathiesen advirtió que el verdadero desafío radica en la implementación de las directrices, que sólo serán efectivas una vez que se pongan en práctica.
La FAO está ampliando el compromiso con sus socios para desarrollar un programa de asistencia mundial que ayude a los países a implementar las nuevas directrices.
Comité de Pesca
El COFI es el único foro intergubernamental mundial –además de la Asamblea General de la ONU- donde se examinan periódicamente los problemas de la pesca y la acuicultura a nivel internacional y se hacen recomendaciones para la actuación de los gobiernos, órganos pesqueros regionales, ONG, trabajadores de la pesca, la FAO y la comunidad internacional.
Los países miembros se encuentran reunidos para el 31º período de sesiones del COFI en la sede de la FAO en Roma hasta el final de esta semana.