18/12/14
The Food Revolution: startups de hoy planificando la alimentación del futuro
The Food Revolution, elaborado por la consultora estratégica de innovación Lantern nace de la idea de que la innovación siempre surge en los momentos de saturación y cuando se plantean situaciones que no podemos resolver con las herramientas de las que disponemos. Y la alimentación no escapa a este movimiento.
Partiendo de la base de que en 2050 se espera que a nivel mundial la población alcance los 9.600 millones de habitantes y crezca la clase media de los países emergentes y en desarrollo, la alimentación de esa población será un reto para todas las regiones teniendo en cuenta que la agricultura, ganadería y pesca intensivas están cerca de su nivel máximo de producción.
Desde el campo hasta la ciudad, pasando por los hogares, Lantern hace un recorrido por las innovaciones en las diferentes fases del proceso, desde el cultivo o producción del producto hasta su consumo final.
La escasez de tierra cultivable, el gasto energético de producción y la escasez de agua nos obligará a pensar qué comemos y cómo lo producimos. Desiertos, el mar abierto o los polígonos y azoteas de las ciudades serán lugares de cultivo y de cría en muy poco tiempo. La proteína animal también será un bien escaso, lo que nos está llevando a buscar vías alternativas a la fabricación y consumo de estas sustancias. Aparecen nuevos alimentos e ingredientes que se harán habituales en nuestra dieta, se popularizan cereales ancestrales que se toman gracias a nuevas técnicas de cultivo y tras descubrir su importancia y propiedades nutricionales. El superarroz verde, la quinua o incluso los insectos, como los grillos, están conquistando nuestros paladares, estos últimos, además de por su aporte proteico, por la sostenibilidad y facilidad del proceso de producción de estos diminutos animales.
Nuevas propuestas
Empresas como Six Foods o Bitty apuestan por la harina de grillo como ingrediente fundamental en sus productos. Chirps, el snack que elabora Six Foods, tiene tres veces más proteínas que los chips de patata normal, se encuentra libre de gluten, contiene la mitad de grasa y está hecho de ingredientes naturales. Bitty, por su lado, ofrece una opción más dulce con unas galletas de chocolates hechas también con harina de grillo.
Las nuevas startups surgidas en el ámbito de la alimentación vienen con fuerza para rediseñar el mapa alimentario y romper con todo lo establecido. Bioquímicos, genetistas, nutricionistas y data scientists será la plantilla que componga las nuevas empresas que buscan decodificar los alimentos para poder alterarlos y diseñar otros nuevos. Son visionarios y utilizan todas las herramientas a su alcance, desde el Big data hasta biotecnología. De esta manera, la investigación química y genética está permitiendo crear cosas como el huevo sin gallina, el queso sin leche o el vodka en polvo.
Un ejemplo de ello son Just Mayo y Beyond Eggs, los productos que comercializa la startup tecnológica Hampton Creek, que ha probado más de 2.000 prototipos con el fin de desarrollar un sustituto de los huevos de gallina a base de ingredientes vegetales.
Nuevas formas de comprar
El comprador del mañana es cada vez más consciente de lo que compra y por eso busca, por un lado, productos más saludables, y por otro contribuir a la sostenibilidad del entorno. Esto se traduce en una mayor preocupación por comprar productos de origen y producidos localmente, los conocidos como Km 0.
El deseo de consumir alimentos frescos, sumado a la evolución de la tecnología, ha obligado al mercado de agricultores a convertirse en virtual. Good Eggs es un mercado online con un servicio de entrega que permite pedir alimentos frescos de agricultores locales. Parece que los inversores creen en estos mercados virtuales porque además de los 31,5 millones de dólares que lleva recaudada la startup, sus competidores más próximos también están levantando cifras significativas de capital.
Las iniciativas agrícolas como los cultivos hidropónicos, los microhuertos caseros en azoteas, las granjas verticales o los invernaderos geodésicos están invadiendo las ciudades. Además, las tiendas con encanto, pequeñas y especializadas, van ganando espacio en las zonas comerciales, así como la compra a granel, más personalizada y sostenible que la compra de alimentos envasados.
Growsumers
Los ‘growsumers’, urbanitas que se han cansado de comer lechuga que no es lechuga, tomate que no sabe a tomate, y que se pone manos a la obra para cultivar sus propios productos en casa, forman un grupo que prolifera. Y la tecnología es su gran aliado.
Actualmente, productos como Aerogarden, Herbie o Streamgarden, aparatos de cultivo que utilizan la técnica hidropónica, permiten a cualquiera convertirse en growsumer. El concepto de estos productos es simple: pequeños y compactos semilleros conectados a un motor que aporta a las plantas la adecuada cantidad de agua y luz sin prácticamente ninguna supervisión.
La revolución en el hogar
La manera en que cocinamos también se va a transformar. Muchos consumidores han cogido gusto por ‘mancharse las manos’, bien sea haciendo su propio pan, tostando su café o cortando pasta fresca. La tendencia del ‘do it youself’ se intensifica poco a poco como resultado del cambio del estilo de vida, el aumento de las horas de trabajo o la reducción de los hogares.
Cocinar será más sencillo gracias a una nueva generación de electrodomésticos y envases inteligentes que nos ayudarán a hacer la lista de la compra, preparar los alimentos y vigilar su estado. ‘El internet de las cosas’ llega a la cocina, conectando los electrodomésticos entre sí y con sus dueños. Serán cada vez más intuitivos y si el usuario lo decide, autosuficientes.
Grandes marcas como LG o Samsung, que fabrican desde hace años aparatos de cocina, están invirtiendo mucho en innovación tecnológica para permanecer como líderes del mercado. Este año, sin ir más lejos, Samsung ha lanzado una nueva generación de frigoríficos que se conectan con televisores y smartphones de forma inalámbrica. Esto permite a los usuarios leer mensajes de texto o recibir llamadas en la nevera y olvidarse de llevar encima el teléfono permanentemente.