Moscas blancas, arañas rojas y pulgones son las plagas más comunes de las tomateras. No solo se comen las hojas y los frutos, sino que además son portadores de virus vegetales. Estas plagas pueden ocasionar grandes daños económicos.
Con el objetivo de hacer los tomates cultivados más resistentes a las plagas, en este caso tomates de la variedad conocida como tomate canario, los investigadores les administraron un mecanismo natural de defensa procedente de una variedad silvestre de tomate llamada Solanum habrochaites. A continuación, los investigadores comprobaron si las tomateras modificadas eran más resistentes a las plagas infestándolas con moscas blancas de la especia Bemisia tabaci. Tras cinco días, fue posible concluir que el 70% de los insectos habían muerto.