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Miguel HGL

27/06/12

Una mirada nanoscópica a las algas verdes de la rías Españolas

Asimismo, ha propuesto unas medidas para optimizar la metodología a aplicar en estos análisis. Su tesis, defendida en la UPV/EHU, se titula Algas verdes en el picoplancton y nanoplancton del estuario del río Nervión (Golfo de Vizcaya).

Todas las algas contienen clorofila A, pero es la clorofila B la que caracteriza y pigmenta las algas verdes. “Se han empleado para la producción de biocombustibles, para el tratamiento de aguas fecales… También se ha investigado con ellas en la búsqueda de productos para las industrias farmacéutica y cosmética”, dice Alonso. Pero el punto de partida de esta investigación no han sido las aplicaciones prácticas de las algas verdes, sino su altísima presencia relativa entre los organismos más pequeños del estuario del Nervión: “Abundan, sobre todo, entre las algas más pequeñas del plancton, es decir, el picoplancton. La mayoría de lo que se puede encontrar en ese tamaño, aparte de bacterias, son algas verdes”. Así pues, su objetivo principal ha sido conocer un poco más sobre esta diversidad específica. Datos como, por ejemplo, que las algas verdes más abundantes son las del grupo de las clorofitas, que dominan la parte exterior de este estuario durante el verano.

Especies y la técnica TSA-FISH

Las muestras recogidas por Alonso entre el 2007 y el 2010 han servido para aislar y analizar 26 cepas de algas verdes, procedentes del estuario del Nervión o de otros cercanos. “Sabíamos que las algas verdes eran un grupo importante, pero no qué especies lo componían realmente”, explica. Partiendo de dichas 26 cepas, en su investigación ha conseguido identificar seis géneros y once especies distintas: Eutreptiella (E. eupharyngeae y E. gymnastica), Mamiella (M. gilva), Nephroselmis (N. pyriformis), Pyramimonas (P. orientalis, P. moestrupii, P. grossii, P. robusta y P. propulsa), Oltmannsiellopsis (O. unicellularis y O. viridis) y cf. Chlamydomonas.

El principal objetivo de Alonso era poner nombre a las especies que conforman la comunidad de algas verdes de la ría de Bilbao, pero el camino recorrido para llegar a ello ha sido, también, una importante aportación de esta tesis. Estudiar organismos de una fracción tan pequeña como la picoplanctónica resulta complejo, y en este caso se ha optado por la combinación de tres técnicas: la epifluorescencia (una alternativa avanzada al microscopio óptico convencional), la citometría de flujo (utilizada para clasificar y contar células que se encuentran en fluidos) y la técnica TSA-FISH (amplifica, en mayor medida que otras técnicas, las señales fluorescentes empleadas como marcadores de las algas, incrementando la sensibilidad y facilitando el análisis). El investigador ha hecho una serie de propuestas para mejorar el rendimiento de dichas técnicas y hacer una correcta interpretación de los resultados obtenidos mediante estas.

Alonso se ha centrado, sobre todo, en los problemas y posibles soluciones a la aplicación de la Tyramide Signal Amplification (TSA)-FISH. Concluye que, para que el recuento de fitoplancton sea lo más universal posible, un protocolo basado en esta técnica debe cumplir ciertas premisas. Por ejemplo, como la TSA-FISH presenta dificultades a la hora de realizar el recuento de muestras, recomienda optar por la citometría de flujo para esta labor. Asimismo, en la investigación se han observado deficiencias en la permeabilidad de ciertos cultivos analizados, lo que puede llevar a pasar por alto la importancia de algún que otro grupo de microalgas que, en realidad, puede ser significativo en la comunidad. Con el objeto de evitar este problema, se propone el empleo de una permeabilización extra, mediante un tratamiento enzimático. Con estas medidas, el TSA-FISH permitiría una medición sencilla, cuantitativa, precisa y fiable, así como la monitorización de las poblaciones fitoplanctónicas.

Sobre el autor

Aitor Alonso González (Basauri, 1983) es doctor en Biología y tiene un master en Contaminación y Toxicología Ambientales. Ha redactado la tesis bajo la dirección de Emma Orive Aguirre y Sergio Seoane Parra, profesores del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU. Asimismo, ha llevado a cabo la tesis en el Laboratorio de Fitoplancton de la misma universidad.