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A pesar de la relevancia de estos fenómenos y sus impactos sobre la población, no existen registros históricos adecuados, por lo que es difícil obtener información integral de los efectos generados por estos. Los eventos meteorológicos extremos, como sequías y temporales, si bien no causan impactos significativos en comparación con terremotos o erupciones volcánicas, resultan relevantes por su recurrencia.

La sequía es un fenómeno que ha presentado un fuerte impacto socioeconómico a nivel regional y/o nacional al limitarse las actividades productivas y generarse conflictos de uso. En general, se define sequía como una situación en la cual la demanda por agua supera a la oferta de agua, existiendo distintos conceptos de sequía. Las principales definiciones de sequía son: Sequías Meteorológicas (escasez de precipitaciones), Sequías Hidrológicas (bajos caudales) y Sequía de agua para algún uso, por ejemplo: Sequía Agrícola (disponibilidad de agua a nivel agrícola menor a las necesidades de los cultivos).

En la gran mayoría de los países, existe una presión importante sobre los recursos hídricos, en donde las demandas de agua superan el caudal disponible, generando una situación de sequía hidrológica permanente. Las regiones más afectadas, aunque no están bajo una situación de sequía hidrológica permanente, se encuentran en un balance hídrico precario. Es así como disminuciones en los caudales generan déficits hidrológicos importantes. Estos se perciben en mayor magnitud en el presente, respecto a años anteriores, debido al incremento significativo en las demandas de agua en la última década; todos los sectores que demandan agua han incrementado su consumo en dicho período. Entonces, ante una sequía prolongada, como han vivido muchas zonas en los últimos cuatro años, por ejemplo California EEUU y el norte de Chile, se perciben más fuertemente los impactos en una zona geográfica más extendida.

Estas sequías hidrológicas aumentan al considerar las proyecciones de cambio climático en el mundo. Los impactos esperados del cambio nos indican de manera bastante consistente que el promedio de la temperatura en aumentaría en los próximos 30 años. Con respecto a la precipitación, los escenarios muestran, con una señal que depende de la zona geográfica, una reducción o aumento de las precipitaciones anuales. Lo mas relevante desde el punto de vista de las sequías, es que los estudios apuntan a una intensificación en la frecuencia e intensidad de las sequías incluso en los escenarios menos pesimistas de cambio climático.

Por ende, aumentará la vulnerabilidad a la sequía en el mundo, por lo que se requiere en forma urgente una gestión de las sequías. Es importante señalar que un buen diagnóstico de sequías y de sus impactos puede dar lugar a una gestión eficiente de las mismas y que dicha gestión no puede obviar la relación existente entre la economía y la gestión de los recursos hídricos de manera integrada.