Otra carta y nueva poesía de Carlos Roldán
Queridos amigos: el estancamiento en la Fase 1, (algo de lo que no tengo ni puñetera idea pero que me resulta muy curioso ver como con una especie de poder divino alguien clasifica la vida en departamentos estancos), profundiza mi estado melancólico por lo que hablando de Fases, inicio, al menos durante unos días tampoco hay que pasarse, la Fase de poeta maldito algo que en mi juventud me proveía de una actitud muy apreciada por las jóvenes de aquellos años y que no era otra cosa, hoy puedo confesarlo, que una trampa para románticas muchachas.
Ahí va una muestra:
RILKE / RONDA
Persiguiendo a Rilke
pasé de la campiña al monte
y por Arcos, emocionado,
crucé la frontera
del antiguo reino de Granada.
Me recibió la Serranía
vestida de primavera
con tones ocres y verdes
y los paisajes mas bellos
de la Andalucía profunda,
lejana y olvidada.
En mi cabeza resonaban los ecos
-¡Ronda!, ¡Ronda!-
de tantas lecturas
que la pintaban
romántica y taurina;
asignatura pendiente, ciudad soñada.
Apareció, de pronto,
su blanco caserío,
su orografía difícil;
entré en el casco urbano
a píe y despacio,
no hubiera podido
hacerlo de otra manera.
Nadie me esperaba,
y con la sola compañía
de un sol de justicia
fuí, ¡que vergüenza!,
un turista
donde siempre soñé ser
un viajero.
Abriéndome paso entre
trampas mercantiles
y viejas nostalgias,
entre calles y monumentos
en una búsqueda estéril
sentí la lejanía del poeta
tantas veces leído y admirado.
Pero por fin se hizo la luz,
lo entendí todo:
aquel puente sobre el tajo
me atrapó con fuerza;
creedme si os digo
que me sentí cobarde
al no entregarme al abismo
en un romántico gesto.
Aún hoy me acompaña
la vergüenza, el reproche
y la humillación que supuso
renunciar a un acto
digno sólo de un poeta;
comprendí, entonces,
mi incapacidad para
tan elevado oficio
y recordé aquel dicho
de mis viejos maestros:
Si quieres ser poeta,
convierte tu vida en un poema.
Recibid con estos versos un abrazo.
Carlos R