20/04/15
Bioplaguicidas: mercado en continuo crecimiento
Al aumentar el número de grandes compañías trasnacionales interesadas en la industria de los bioplaguicidas en los proximos años, habrá un mayor número de proveedores (y compañías más grandes) que ayudarán a tener una distribución más amplia y mayor penetración de los productos derivados de la naturaleza, en especial en áreas donde predominan los cultivos en hilera.
“El mercado de frutas y hortalizas fue un excelente punto de partida,” comenta Ziv Tirosh, director general de Stockton Group con sede en Israel, fabricantes del biofungicida Timorex Gold, en una entrevista. “Sin embargo el corazón y alma de nuestra cadena alimentaria son los cultivos extensivos; que son totalmente distintos, en cuanto a su economía y dosis de aplicación. Stockton y otras compañías de bioplaguicidas están trabajando arduamente para fabricar bioplaguicidas que funcionen en los cultivos de hilera a un buen precio.”
Expansión de la oferta
Las compras desorbitantes de productos biológicos que han hecho las compañías grandes y pequeñas de productos agroquímicos han arrasado la industria casi tan rápido como la resistencia de la maleza.
Desde la adquisición de AgraQuest por Bayer en cerca de $500 MDD —que sentó las bases de una tendencia en la industria — hasta la adquisición de Becker Underwood que hizo BASF por $1,020 MDD y la inversión de Monsanto por $300 MDD en Novozyme para su conocida alianza bioagrícola (BioAg Alliance), por nombrar unos cuantos ejemplos, el valor de estos productos no sólo ha sido reconocido, sino que ha sido altamente valorado.
Hace veinte años, ¿quién se hubiese imaginado el panorama actual?
En cuando a las compañías de bioplaguicidas, el creciente apetito de las multinacionales por sus productos, representa acceso al mercado mundial inmediato y recursos mucho mayores para apoyar la investigación y desarrollo de otros productos, así como el registro, la manufactura y la comercialización, entre otras oportunidades importantes.
La normatividad más sencilla también los hace más atractivos, con un marco de tiempo típico de nueve a diez años, en lugar de tres a cuatro años, y a una fraccion del costo (apenas 1/10) de los $250 MDD que cuesta registrar un producto químico para cultivos tradicionales.
Cambios de percepción
“El interés que demuestran las compañías globales de protección de cultivos en invertir en productos biológicos mejorará la aceptación y la penetración del mercado, no sólo en frutas y hortalizas, sino también en cultivos extensivos.
Tirosh añade que, “No hay duda de que la adopción continua de bioplaguicidas por empresas multinacionales significa que su penetración en los programas de aplicación tradicionales continuará a un ritmo rápido, y con toda certeza esto llevará a explorar su valor para los cultivos extensivos.”
Empresas en transición
Esto no quiere decir que incorporar los bioplaguicidas al mercado sea una transición automática y fácil para las compañías tradicionales de protección de cultivo; en realidad es todo lo contrario.
De acuerdo con Dr. Marl Trimmer de la empresa de consultoría Dunham Trimmer, los retos incluyen mayores exigencias para la fabricación y la logística de los bioplaguicidas, así como la necesidad de aprender a evaluar, desarrollar y comercializar los productos. Capacitar al personal de campo es esencial.
“Las compañías tradicionales de protección de cultivos necesitarán hacer ajustes a sus ventas y a sus enfoques de comercialización para tener éxito con los productos biológicos,” explica Trimmer.
“Los beneficios de los bioplaguicidas, tales como manejo de los residuos y de la resistencia se aprovechan al máximo cuando se utilizan en programas donde se combinan con la química convencional. Esas compañías que integran los productos biológicos en sus estrategias y capacitan a su equipo de ventas para promoverlos de manera efectiva a nivel de campo, son las que llevan la ventaja.”
Gran crecimiento y el “Factor Walmart”
Bill Stoneman, director ejecutivo de la Alianza de la Industria de Bioplaguicidas (BPIA), explica que dadas las circunstancias, se podría pensar que quedan muy pocas compañías de productos biológicos sin adquirir, no obstante, ha surgido un mayor número de ellas justo durante el frenesí por comprar ese tipo de empresas.
Asimismo, las compañías también han incrementado sus operaciones en tratamientos de semillas para complementar sus portafolios de productos y reforzar el consumo de los bioplaguicidas, tal y como lo demuestra el ejemplo del tratamiento de semillas biológico Clariva de Syngenta, basado en una tecnología de nematicidas adquirida a Pasteuria Bioscience en el 2012.
Otro ejemplo reciente es el de Bayer, que a principios del 2014 adquirió el Grupo Biagro, productor/distribuidor argentino de tratamientos de semillas biológicos especializados en soya.
Bayer decidió expandir su negocio de tratamiento de semillas conocido como SeedGrowth, al ofrecer “una cartera de productos, recubrimientos, equipo y servicios de alta calidad, enfocados a las semillas,” segun comenta Matthias Haug, director de Bayer SeedGrowth.
Poder global
Los bioplaguicidas son el 3.5% ($1,930 MDD) de los $53,000 MDD que representa el mercado global de protección de cultivos, según Dunham Trimmer. Ese mercado representaba $1,000 MDD hace cinco años y $500 MDD hace una década. La industria de bioplaguicidas sigue estando altamente fragmentada, con más de 200 compañías operando a nivel global y 20 compañías principales representando dos terceras partes del mercado.
Comparen esas cifras con las del mercado tradicional de protección de cultivos, en el que seis compañías representan más del 72% del total de las ventas.
La industria de bioplaguicidas se elevó más del 15% en 2013 y se espera que esa tendencia continúe a la alza. Pamela Marrone, fundadora y directora general de Marrone Bio Innovations, comenta que su compañía ha duplicado sus ventas. “Los factores que promueven el crecimiento de los productos biológicos para manejo de residuos y resistencia en aquellos casos en que los agroquímicos no están permitidos o están restringidos, continuarán aumentando.”
Asimismo, Marrone enfatiza que los productos biológicos pueden ser utilizados hasta la cosecha para manejar residuos; son producidos a partir de materia prima agrícola y ayudan a reducir el consumo de agua en la producción de cultivos.
Por último, el factor Walmart: pueden ayudar a las grandes compañías de alimentos y a los distribuidores a satisfacer sus metas de sustentabilidad, además de ayudar a los consumidores a cumplir con sus necesidades de salud y bienestar.