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Jorge GdO

13/01/14

Cultivar una hectárea de invernadero cuesta 57.000 euros

Cultivar hortalizas en invernadero en Almería ha supuesto en la última campaña, la de 2012/2013, un total de 56.938 euros por hectárea, de los que 43.393 euros corresponden a los gastos corrientes y 13.546 euros a gastos de amortización, según el análisis de la estructura de costes y producción anual de una explotación tipo, realizado por Cajamar, con datos del Instituto Nacional de Estadística, la delegación provincial de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, la Estación Experimental de la Fundación Cajamar y empresas del sector.

Para la elaboración de estos datos se ha tenido en cuenta una explotación media, con invernaderos modernos de tipo «raspa y amagado» y una capacidad productiva media-alta. Asimismo, para el cálculo se han escogido las opciones de ciclos más frecuentes: tomate en ciclo único, pimiento-melón; pepino-sandía; calabacín-calabacín; y judía verde.

Cajamar aclara que en el caso de las estructuras más antiguas, costes y rendimientos serán menores, mientras que en explotaciones de mayor tamaño probablemente se darán economías de escala que reducirán los costes unitarios, al margen del comportamiento de los rendimientos.

El incremento del total de costes en la campaña 2012/2013 con respecto a la anterior ha sido del 0,5 por ciento, variación similar a la de la campaña anterior y que pone de manifiesto una cierta contención en el avance de los costes.

Los gastos corrientes continúan siendo los más representativos y, por tanto, marcan el ritmo de crecimiento del conjunto. Así, este tipo de gastos ha presentado un aumento del 0,4 %, crecimiento muy parecido al cómputo general según se indica en el informe de Cajamar.

La mayoría de las partidas de gasto corriente han crecido, salvo las relativas a fitosanitarios y comunicaciones. Dicho retroceso ha sido modesto, del 1,7 y del 0,3 por ciento, respectivamente.

En el caso de los fitosanitarios, se ha reducido el precio medio de los insumos tanto en las estrategias de control químico como biológico.

Sin embargo, ha sido la estabilización de las partidas de mano de obra, fertilizantes, servicios y otros gastos, que juntos suponen más del 55 por ciento del total, la principal responsable del resultado final.

Las partidas que han incrementado más el gasto han sido energía (3,7 %), plástico (3,1 %) y semillas (2 %). El coste energético, además, suele presentar efectos de segunda vuelta, ya que su encarecimiento afecta también a algunos de los sectores suministradores de insumos y servicios para el sector, como pueden ser el agua o el transporte.

Cajamar indica en su informe que la coyuntura económica actual hace pensar que esta estabilización de los costes es transitoria, aunque los aumentos previstos en la competencia tanto en el nivel de la producción como en el de la distribución podrían seguir presionando los costes durante algo más de tiempo, aunque habrá que comprobarlo en las próximas campañas.

Costes de mano de obra

Los costes correspondientes a la mano de obra se han mantenido prácticamente constantes, con un ligero incremento en la partida del 0,3 por ciento con respecto a la campaña 2011-2012. Esta cierta estabilización, indica Cajamar, se debe principalmente a los cambios introducidos en la legislación laboral, como consecuencia de la situación económica actual y que posiblemente mantendrán sus efectos a largo plazo.

Semillas

El coste generado por las semillas en las cuentas de explotación se ha incrementado un 2 por ciento, continuando su habitual tendencia ascendente.

El aumento de precio de este insumo se debe en gran medida al esfuerzo que dedica este sector al I+D+i para satisfacer las demandas de productores y consumidores, lo que le imprime un gran dinamismo y la introducción de nuevos productos cada campaña.

Los requerimientos para el material vegetal y por ende las líneas de investigación, van encaminados hacia una mayor resistencia a plagas y enfermedades, dado el aumento de las restricciones para el uso de materias activas en la aplicación de fitosanitarios, aunque también han de cubrir las necesidades productivas de los agricultores, así como de transporte, con objeto de proporcionar al consumidor la máxima cantidad de producto con la máxima garantía de calidad. Todo ello sin dejar atrás las características organolépticas, cada vez más relevantes en la decisión de compra por parte del consumidor.

Todo esto sin olvidar que el material vegetal ha de estar continuamente adaptándose a los cambios sociales y culturales a través de formatos más atractivos y más cercanos a las nuevas formas de consumo de los clientes finales.

Agua

En cuanto al abastecimiento de agua para los cultivos, desde Cajamar indican que durante el período analizado no han tenido lugar grandes cambios. El suministro hídrico se sigue realizando a través de bombeos de los acuíferos naturales, junto con el aporte complementario de desaladoras y depuradoras locales. No obstante, los costes de esta partida han sufrido un ligero incremento cuantificado en un 1 por ciento, principalmente derivado del mayor coste de la energía.

Fertilizantes

En el informe de Cajamar se observa que la partida correspondiente a fertilizantes se ha mantenido prácticamente constante, habiéndose incrementado en tan solo un 0,1 por ciento. La contención del precio unitario para los principales compuestos de abonado es uno de los principales motivos. Estos precios suelen estar marcados por la tendencia del precio del petróleo y, si bien éste ha disminuido durante la campaña que nos ocupa, la repercusión sobre el consumidor es mucho más lenta. Asimismo, se mantiene la necesidad de optimizar costes por parte del agricultor, lo que ha provocado un uso más racional, si cabe, de estos insumos.

Por otra parte, restricciones para el uso de ciertos productos, como los nitrogenados, también han contribuido a esta circunstancia.

Fitosanitarios

La evolución del coste de la partida de fitosanitarios se ha visto reducida durante el período analizado en un 1,7 por ciento. Para su cálculo en el informe de Cajamar se ha tenido en cuenta tanto el gasto procedente de la aplicación de productos químicos como de organismos de control biológico.

Se ha producido un descenso del importe destinado al control químico que se ha cuantificado en un 1,7 por ciento, y que se ha debido fundamentalmente al menor precio unitario de estos productos. No obstante, desde hace varias campañas también existe una tendencia al ajuste de cantidades, así como del número de materias activas. Dicha tendencia ha estado motivada por las exigencias de la gran distribución, por las modificaciones normativas, pero también se ha visto incentivada por alcanzar una mayor optimización de los gastos de explotación.

Control biológico

El descenso de costes en control biológico ha sido ligeramente superior, del 2,8 por ciento, de manera que el coste por hectárea de aplicación de estas técnicas ha continuado su tendencia a la baja. No obstante, no se ha producido un comportamiento uniforme para los diferentes productos, dado que las explotaciones dedicadas al cultivo de calabacín, judía y pepino han tenido que desembolsar una cuantía superior a la del anterior período, según los datos proporcionados por las empresas del sector.

Durante la campaña analizada ha sido destacable la publicación del Real Decreto 1311/2012 por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios, así como el Plan de Acción Nacional que lo desarrolla. Los principales objetivos de dicho plan son minimizar riesgos e implantar progresivamente alternativas de gestión integrada, pero también establecer mecanismos de control de las medidas que se adopten (indicadores), así como plazos para la consecución de las mismas. Hay que resaltar que esta nueva legislación obligará al uso de técnicas de control biológico en la producción a partir de 2014. Por tanto, con esta nueva normativa se pretende fomentar prácticas agrícolas más seguras para el aplicador, garantizando su protección, para el consumidor y para el medio ambiente.

Plásticos

Los costes correspondientes a la partida de plástico se han incrementado en un 3,1 por ciento con respecto a la anterior campaña. Normalmente la evolución del precio de este insumo ha seguido la tendencia de la cotización media del barril de Brent. Sin embargo, durante este período no ha sido así, mostrando comportamientos opuestos. El valor medio del petróleo ha descendido un 2,3 por ciento con respecto a 2011-2012. De manera que la correlación entre estos dos parámetros, indica que este cambio de tendencia se debe principalmente a cuestiones propias del mercado local.

Energía y transporte

La estructura de costes, energía y transporte han mantenido la tendencia ascendente de las últimas campañas. El incremento presentado por la energía ha sido más notable, del 3,7 por ciento, correspondiéndose con la partida que más ha crecido durante 2012-2013. El coste del transporte, sin embargo, se ha mantenido casi estable, con un ligero incremento del 0,4 por ciento debido en gran parte a la tendencia descendente del precio del petróleo durante la campaña.

Costes financieros

Aunque los costes financieros están creciendo en la mayor parte de los sectores, en la agricultura de invernadero se han estabilizado en general, permitiendo un cierto respiro a los productores, salvo casos concretos.