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Irene Campos

01/07/13

El cultivo del mango

El mango es una planta tropical procedente del Sureste de Asia, que se ha adaptado perfectamente en todas las regiones tropicales del globo.

Hace unos 20 años que se acuñó el término de "Costa Tropical" para denominar a la costa granadina y diferenciarla de la Costa del Sol malagueña, a la que pertenecía, intentando dar una imagen propia y distinta respecto a la misma. Es pues una denominación que responde más a una cuestión de márquetin turístico que a una realidad climática concreta. Eso no quita, que en la franja litoral que va desde Vélez Málaga a Motril se hayan adaptado muchas variedades de origen tropical y subtropical.

El enclave geográfico de nuestra costa está protegido de los vientos fríos del interior peninsular por las sierras de la Almijara y de la Cotraviesa, al tiempo que disfruta de la regulación térmica que supone la proximidad a la costa, con lo que los veranos no son excesivamente calurosos y los inviernos, agradablemente templados, aunque muy húmedos. Yo definiría el clima de nuestra zona como un clima subtropical seco, con una estación seca muy larga, que se correspondería con el verano y parte de la primavera y el otoño, y una época de lluvias, relativamente escasas (sin tener en cuenta los últimos 2 años), que se reparte entre el final del otoño, el invierno y el principio de la primavera.

En nuestra comarca los primeros mangos se sembraron hacia los años 60-70. Fue en una finca de La Herradura, la de Francisco Prieto Moreno, el que fuera arquitecto conservador de la Alhambra entre los años 1937 hasta 1977; allí es donde yo he visto los mangos más grandes de la costa. Pero su cultivo como explotación agrícola no comenzó hasta bien entrados los años 80.

Hoy día el cultivo del mango se localiza en las laderas de nuestros valles fluviales, adaptándose mejor a estas zonas soleadas y bien ventiladas que al centro de las vegas que son más frías y húmedas. Poco a poco le va ganando terreno al aguacate, compartiendo casi en un 50% dicho espacio con los aguacates. Por su parte el chirimoyo es el que ocupa prácticamente el 100% de las vegas.

SEMILLA

La semilla del mango se encuentra dentro del hueso y tiene forma de haba.

La semilla hay que obtenerla de los frutos sin injertar, que aquí les suelen denominar con diferentes términos: bordes, fibrosos, locos o bravos; es decir, han de proceder de árboles poliembriónicos, que están sin injertar, y no de huesos de fruto ya injertado. Esta semilla que se obtiene hay que sembrarla inmediatamente ya que pierde su poder de germinación muy rápido.

SIEMBRA

En nuestra zona existen dos maneras de sembrar las semillas de mango:

1ª Directamente en el terreno. Para ello se hará un hoyo de unos 30 cm. de profundidad y se rellenará de mantillo. Se coloca la semilla, con el lomo hacia arriba, en la superficie ras con ras con el mantillo. Si la enterramos más corremos el riesgo de que se nos pudra. Después se le coloca un punto de goteo y todos los días hay que regarla para mantener siempre húmedo el sustrato.

Esta modalidad de siembra es muy aconsejada ya que cuando brota, la raíz pivotante se clava verticalmente en la tierra y profundiza mucho más. Los árboles así sembrados suelen ser muy resistentes a la sequía y se afirman mejor en el terreno.

2ª Se trataría de sembrarlas en bolsas de plástico negras, rellenas la mitad de tierra y la otra mitad de sustrato y regarlas con frecuencia para que brote la semilla.

Al cabo de 15 o 20 días saldrán los primeros tallos. Es conveniente dejar solamente uno (cortándolo con las tijeras, sin tirar de él, porque podemos romper el tallo principal), el que se vea más fuerte, y el resto se eliminarán. Las plantas nacidas por este método se pasarán a tierra al año siguiente, entretanto es conveniente protegerlas bajo plástico para que no sufran los rigores del invierno.

PINZAMIENTO

El mango suele crecer verticalmente (si le salen brotes laterales han de ser eliminados) y en tramos más o menos largos. Cuando la planta tenga una altura de 60 - 70 cm. es conveniente pinzarla, es decir quitarle la yema principal del crecimiento. Con esto, lo que hacemos, es forzar a la planta a abrirse. Desde ese punto surgirán 3 o 4 brazos sobre los cuales se llevará a cabo el injerto en el momento oportuno.

INJERTAR

El mángo, en nuestra zona, es un árbol de crecimiento lento y de porte no muy grande, nunca alcanzarán las dimensiones que en sus lugares de origen. Lo que sí hemos comprobado, es que crece más rápido en su estado borde que estando injertado.

Nosotros dejamos 3 años (algunos, incluso más) el árbol en la tierra sin injertar para que adquiera mayor porte y ramas más fuertes. Nuestra medida es que el tronco supere el diámetro de una muñeca. Si el árbol está grande y fuerte se formará en un par de años.

Si injertáramos con troncos más pequeños el árbol se ralentiza y crece débil y muy lentamente. El tiempo que quisiéramos ganar por un lado lo perderíamos por otro.

En el segundo o tercer tramo de cada brazo procederemos a injertar el árbol (no muy bajo porque las ramas del mango tienden a caer hacia el suelo). La técnica que usamos es la de púa o espiga.

Es conveniente que en el momento de injertar haga calor, por lo que agosto es la época más adecuada para realizarlos. Tomamos las púas de las variedades que nos interesan y procedemos a su injerto.

VARIEDADES

Existen muchas variedades de mango, desde las más tempranas a las más tardías. Para la casa es conveniente tener de todas las épocas (aunque no todas sean lo mismo de sabrosas), con lo que puedes estar comiendo mangos desde julio-agosto hasta noviembre-diciembre.

Ya hemos comentado que nuestra comarca no posee un clima subtropical claramente definido, teniendo un invierno francamente templado, con lo que la planta se para prácticamente en su crecimiento. Es por ello que interesa cultivar variedades tempranas para evitar los efectos del frío y la humedad.

La variedad comercial más extendida es la Osteen. Se vienen muy tempranos, son frutos muy sabrosos y con tamaños medianos que favorece su distribución y consumo y, al ser tempranas, sus precios suelen ser buenos (en los últimos años han superado el euro sobrados). Otras variedades son: Tommy Atkins, Irwin, Keitt, Sensación, Haden, Valencia Prade, etc.

CUIDADOS

Los brotes tiernos del mango son muy delicados y sensibles tanto a plagas como a enfermedades. En nuestra zona hay que tener especial cuidado con los pulgones y el oidio o ceniza.

Es conveniente sulfatar periódicamente los brotes de mango jóvenes con oxicloruro de cobre y, cuando aparezcan los pulgones, con un insecticida específico, nosotros utilizamos la rotenona que es un insecticida ecológico.

Una vez injertado no es conveniente dejarle fruto, por lo menos los tres siguientes años. Procederemos a quitarle los frutos cuando ya estén cuajados, ya que si lo hacemos antes el árbol tenderá a echar otras nuevas flores (y a nosotros lo que nos interesa en lo primeros años son ramas y no frutos). Sin fruto que alimentar, la fuerza del árbol se concentra en formar ramas fuertes.

Si dejamos crecer libremente el tallo principal de cada injerto, las ramas se hacen excesivamente largas, terminan doblándose y se forma un árbol deslavazado e irregular. Por tanto, es aconsejable pinzar los brotes al inicio de cada crecida para provocar el surgimiento de ramas nuevas. De esta manera conseguimos que todas las ramas crezcan simultáneamente y favorecemos el engorde de todas por igual. Mediante esta técnica obtendremos un árbol redondo y compacto.

Cuando comienzan a crecer los injertos, nosotros los encañamos, para darles mayor sujeción a la planta. En nuestra costa suele haber temporales de viento que, en un momento, pueden echar por tierra el avance que hayamos tenido en un año.

ABONADO

El mango es muy amigo del nitrato. Nosotros hacemos una aportación de estiércol de gallina (que posee mucho nitrato) durante el invierno y para la primavera-verano ya está en condiciones de ser absorbido.