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Miguel HGL

27/02/12

El invierno más seco desde que hay datos relanza la polución

Un persistente anticiclón que oscila desde hace meses en torno al Golfo de Vizcaya está disparando los niveles de contaminación en las grandes ciudades, especialmente en Barcelona y Madrid, pero también en otras urbes, como Sevilla, donde las boinas de polución son menos habituales. La falta de lluvias, causada porque las altas presiones taponan las borrascas que habitualmente penetran en la Península por la costa cantábrica, también ha relanzado el riesgo de sequía en el país. Por ahora, señalan los expertos, la consecuencia principal es la elevada contaminación atmosférica, aunque los agricultores y algunas zonas especialmente afectadas, como Canarias, ya temen por la falta de agua en los embalses. A corto plazo el anticiclón, una ramificación del de las Azores, no se moverá de su sitio. “Al menos no esta semana”, subrayó Antoni Vives, responsable de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en Cataluña.

España acumula un déficit del 40% en el actual año hidrológico, que empieza a computarse en octubre, aunque las reservas de agua se mantienen en el 62% a pesar de que están reduciendo progresivamente. “Estamos viviendo de las rentas, porque el año hidrológico 2009-2010 fue más lluvioso. Pero preocupan estos últimos meses con tan poca lluvia”, detalló ayer Vives. Las peores cifras corresponden a Canarias, Andalucía, Extremadura, la mitad occidental de Castilla-La Mancha y algunas zonas del sur de Castilla y León. “Es una sequía llamativa, pero no excepcional. Todo dependerá de lo que ocurra en primavera, el principal mes de las lluvias en nuestra meteorología”, subrayó Vives. “La falta de lluvias va acumulando la polución en las zonas urbanas de forma casi inmediata”, añadió.

Ya se palpa en las principales ciudades españolas: Barcelona amaneció este sábado con una espesa boina de contaminación tras una semana en que la media de polución de partículas contaminantes alcanzó los 70 microgramos por metro cúbico en pleno centro urbano. La normativa de la UE exige no rebasar los 40 microgramos de media, pero sin lluvias que dispersen estos contaminantes las grandes ciudades suelen superar diariamente este límite. Entre enero y febrero, la media en la red de medición de Madrid de dióxido de nitrógeno rozó los 60 microgramos por metro cúbico. En las zonas habitualmente más afectadas por la polución, como el barrio del Pilar, la media rebasó algunos días los 100 microgramos. En Sevilla se han superado en distintas franjas horarias los 60 microgramos, mientras que la semana pasada, Bilbao superó los 50 microgramos de partículas en algunas zonas y el dióxido de nitrógeno alcanzó los 70 microgramos.

“Es un incremento lógico”, señala el experto en contaminación atmosférica Ricardo Gómez. El contaminante principal es el tráfico: la combustión de los vehículos genera partículas contaminantes que pueden llegar a afectar a la salud si penetran en los bronquios. Estas se acumulan en el suelo, pero el propio tráfico las levanta una y otra vez. Si llueve, el agua las arrastra y limpia las zonas urbanas. “Pero si no hay lluvia, se van acumulando y afectan al organismo con más gravedad”, detalla Gómez. Y la lluvia llega con cuentagotas: Barcelona sumó 44 días seguidos sin llover este invierno, los mismos que Málaga; Madrid registró 43 días sin precipitaciones y en León, por ejemplo, no llueve desde el 27 de enero. “Es como una enorme habitación por la que circulan coches y que lleva decenas de días sin ventilarse”, ilustra Gómez. La excesiva polución contribuye a agravar las enfermedades respiratorias y solo en el área barcelonesa incide en unas 3.500 muertes al año, advierten investigaciones de la UE. Bruselas publicó la semana pasada un informe en el que se señala a España como uno de los países más contaminados del continente y el único que infringe los niveles límite de tres de los cuatro contaminantes que controla la Comisión Europea.

Las reservas se mantienen al 62% gracias a las lluvias de 2009 y 2010

Al difícil enclave geográfico de algunas ciudades —Barcelona, cercada entre el mar y la montaña, tiende a acumular contaminantes de forma natural— se le añade la falta de recursos. España carece de un plan nacional para mejorar la calidad del aire: el Gobierno del PP ha anunciado que revisará ahora a la baja la normativa que aprobó el PSOE y que tampoco contemplaba medidas de peso como restringir el acceso al tráfico en las grandes ciudades. Los Ayuntamientos, por su parte, tampoco han acordado medidas de calado y ni siquiera contemplan planes de emergencia para episodios puntuales de contaminación como el actual. “Ocurre varias veces al año y siempre es lo mismo: hay que esperar a que llueva porque la administración prefiere no tomar cartas en el asunto”, señala un portavoz de Greenpeace. Restringir el acceso al tráfico en las grandes urbes, como están aplicando algunas del resto de Europa, recuerda Greenpeace, supone aplicar una medida especialmente antipopular. “Es preocupante porque este tipo de situaciones irán a más debido al cambio climático”, añadió.

“Es probable”, asumió el responsable de la AEMET, Antoni Vives. “No me atrevo a decir que esta sequía se debe al cambio climático, pero sin duda puede interpretarse como uno de sus síntomas”, señaló.

"Esta sequía es un síntoma del cambio climático", dicen en la AEMET

El cambio climático puede medirse en series históricas y no en episodios puntuales, pero la carencia de lluvias en pleno invierno responde a una situación “típica” de las que, se prevé, puede generar el calentamiento global. El panel de científicos de la ONU advierte de que el cambio climático generará un incremento de los periodos de sequía y de la frecuencia de las lluvias, según publicó el organismo en un informe el año pasado. “Es precisamente lo que está ocurriendo ahora”, precisó Antoni Vives.