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Miguel Lorenzo

08/02/15

El veto ruso sume en la crisis al sector porcino europeo

A más de medio año desde su aplicación, el veto ruso a las exportaciones de carnes frescas mantiene bloqueado en la Unión Europea el mercado del porcino, cuyas cotizaciones siguen hundidas. En el caso de España, los precios —que habían llegado en el primer semestre de 2014 a 1,4 euros el kilo— se mantienen en el entorno de un euro. Y aunque los costes de producción, que se situaban en 1,30 euros el kilo, han caído a 1,15 euros por la bajada de los precios de los cereales, los ganaderos soportan unas pérdidas medias de unos 15 euros por animal engordado, frente a los resultados muy positivos logrados en los ocho primeros meses de campaña.

Para Miguel Ángel Higuero, responsable de la agrupación sectorial Anprogapor, ante el bloqueo de los mercados, es indispensable que se ofrezca una salida a la producción comunitaria. Aunque oficialmente no hay noticias sobre el desarrollo de negociaciones entre la Comisión y las autoridades rusas, no se descarta en el sector que ya se hayan producido algunos movimientos en esa dirección. Francia, Dinamarca, Holanda e Italia han mantenido cotactos bilaterales con las autoridades del Gobierno de Putin.

En España, la Administración considera que las negociaciones para levantar el veto ruso a las exportaciones de la UE corresponden a la Comisión. No obstante, no renuncia a esos contactos bilaterales con las autoridades rusas para tener el camino más despejado si Bruselas llega a conseguir el levantamiento del cierre de las fronteras.

España no puede exportar a Rusia desde 2013. Si hoy se levantase el veto, una parte del sector seguiría teniendo problemas para operar en ese país por las barreras que Rusia aplica de facto a los exportadores, al limitar los certificados de los mataderos.

El porcino es uno de los principales sectores en la exportación alimentaria, con un volumen superior a los 3.500 millones de euros. Pese a la situación, el sector logró en 2014 un incremento de las ventas en el exterior gracias a una reducción de los precios para competir en los mercados asiáticos. La mejora de las exportaciones no ha sido, sin embargo, suficiente para ajustar el mercado por el incremento de la producción y las bajadas de precio de los forrajes.