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Marta García

25/01/15

La diversidad alimentaria, bajo amenaza por el calentamiento global según la ONU

Pero esas cepas silvestres están precisamente entre las más amenazadas por el cambio climático.

Garantizar la seguridad alimenticia y proteger especies en riesgo de cara al cambio climático es uno de los "retos más grandes a los que se enfrenta la humanidad", según el documento.

Entre el 16 y 22 por ciento de las especies de cultivos silvestres podrían estar en peligro de extinción dentro de los próximos 50 años, según el documento de la FAO. Incluyen un 61 por ciento de especies de cacahuete, un 12 por ciento de especies de patata y un 8 por ciento de especies de frijol.

"En un mundo con temperaturas más elevadas y condiciones meteorológicas más variables y severas, las plantas y los animales destinados a la alimentación deberán tener la capacidad biológica para adaptarse más rápidamente que hasta ahora", dijo la vicedirectora general de la FAO, Maria Helena Semedo, en un comunicado.

"Prevenir nuevas pérdidas de recursos genéticos agrícolas y prestar más atención a estudiar su potencial aumentará la capacidad de la humanidad para adaptarse al cambio climático", agregó.

Para mejorar la resistencia de los sistemas alimentarios, el documento recomienda reforzar los bancos genéticos para incluir cultivos hasta ahora considerados "menores", una revisión de las prácticas de reproducción, la creación de bancos de semillas comunitarios y mejorar el intercambio de semillas entre agricultores de diferentes regiones.

Las semillas y el material genético de cultivos amenazados deberían preservarse en laboratorios cuando ya no estén seguros en su hábitat natural, dijo el documento.

La producción mundial de alimentos necesitaría aumentar en un estimado del 60 por ciento para el 2050 para alimentar a la creciente población, dijo la FAO, y el cambio climático hará más difícil extender los rendimientos de las cosechas en muchas regiones.

Las áreas de cultivo disminuirían en el África subsahariana, el Caribe, la India y el norte de Australia, pero las temperaturas más elevadas abrirán nuevas regiones a la agricultura en el norte de Estados Unidos, Canadá y gran parte de Europa.

Los sistemas agrícolas, y los propios cultivos, necesitarán adaptarse a estos nuevos ambientes, dijo el documento.

A los científicos les preocupa que ciertas variedades de cultivos y razas animales sean abandonadas por los agricultores ante el cambio climático sin medidas para conservarlos.

Los criadores y cultivadores deberán identificar recursos genéticos con características adecuadas para desarrollar variedades que puedan sobrevivir en condiciones climáticas extremas, según el documento.