17/11/14
Programa de recuperación de cultivos tradicionales de tomate en la EPSO
¿Que importancia tiene el cultivo de tomates en la provincia de Alicante?
Cualquiera de nuestros mercados es una vibrante muestra de la increíble variedad de productos de nuestra tierra. Prácticamente cada zona nos ofrece algún tipo de fruto “autóctono” (local) que le identifica con su territorio, sus tradiciones, sus gustos; que forma parte activa de su cultura y enriquece la diversidad.
Para hacernos una idea de la importancia económica del cultivo de tomate en nuestro país, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en su ‘Avance del Anuario 2013′ se refleja en 2012 una producción de 4.046.413 toneladas, manteniéndonos así, según datos de la FAO, en el octavo productor a nivel mundial de esta hortaliza.
¿En qué consiste este proyecto y cuál es su objetivo?
En la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) se inicia en 1998 un Programa de Mejora encaminado a recuperar el cultivo de variedades tradicionales de tomate del sureste español, en concreto del tomate tipo Muchamiel y el tipo De la Pera. Las variedades tradicionales fueron progresivamente abandonadas para sustituir su cultivo por híbridos debido, fundamentalmente, a que éstos incorporaban resistencias y permitían conseguir producciones estables de frutos homogéneos.
Sin embargo las mejoras de aquellos híbridos habían pasado de largo aspectos tan fundamentales como el sabor y aroma de los tomates, por lo que decidimos volver la vista a las variedades tradicionales resultado de la selección, durante años, de los propios agricultores en función de la calidad de los frutos así como de la adaptación a cada ambiente.
El objetivo de nuestro Programa de Mejora consiste por tanto en recuperar la posibilidad de cultivar las variedades tradicionales, ahora resistentes a tres de las principales virosis que se dan en los cultivos de tomate de esta zona (Virus del mosaico del tomate, virus del rizado amarillo o cuchara y virus del bronceado del tomate), y que hacen prácticamente inviable su cultivo. Para ello, y tras ensayar en campo las distintas entradas de semilla tradicional recogidas de muchos agricultores, las cruzamos por otras comerciales que son resistentes a los virus que nos ocupan.
Nuestro trabajo despierta la curiosidad de los que visitan la Escuela durante estos meses de pleno cultivo, porque siempre se encuentra gran diversidad de tomates
¿Cómo obtenéis las semillas?
Las semillas de los frutos resultantes de estas polinizaciones se cultivaron y, para conseguir recuperar la mayor parte de las características organolépticas deseadas, esas plantas volvieron a cruzarse (retrocruzamientos), durante varias campañas por la variedad tradicional de origen. En cada ciclo, para distinguir cuáles son las plantas de estos retrocruces resistentes y cuáles no, contamos con marcadores moleculares que, con tan solo un trocito de hoja para extraer su ADN en el laboratorio, nos permiten conocer estas características en estado de plántula, en el semillero aún, y optimizar así nuestros recursos evitando cultivar las susceptibles.
A medida que se comenzaron a perfilar líneas interesantes, se planificaron ensayos externos a cargo de agricultores profesionales, posibilitando así estudiar la repuesta de nuestro material vegetal en otros ambientes, y también intercambiar impresiones con profesionales dedicados al tomate. Cuando se hubo considerado que las líneas presentaban una calidad similar a la variedad, se incorporaron en los análisis sensoriales que involucraron tanto a un panel entrenado para catas de tomate como, posteriormente, a consumidores habituales.
Por último, con el departamento de economía se llevó a cabo otra serie de catas para conocer la disposición de compradores usuales de tomate frente a nuestros frutos. Y con todo esto se iniciaron los trámites de Registro para algunas líneas desarrolladas con nuestro Programa. En la actualidad ya hay algunas registradas y otras se han enviado recientemente. Estas líneas de tomate tradicional resistente, además son particularmente interesantes en el caso de cultivo ecológico, y hay ya varias experiencias en este sentido.
¿Quiénes participan en el proyecto, alumnos, profesores de la UMH…?
Todo el trabajo del grupo de mejora que se realiza en la EPSO se desarrolla entre las instalaciones donde se cultivan las plantas y el laboratorio, donde se analiza la resistencia de las plantas y multitud de parámetros de los frutos obtenidos. Prácticamente desde el principio muchos agricultores han colaborado con el Programa de Mejora y nos han orientado con sus apreciaciones. Para todas estas tareas nuestro grupo de investigación cuenta además con el apoyo de los alumnos, ya sea en prácticas, ya sea porque en su última etapa como estudiantes deciden elaborar su trabajo final dentro del marco de nuestros proyectos.
Este año sin ir más lejos, durante la campaña de primavera-verano en el cultivo bajo malla de la Escuela había varios ensayos planteados y, cada alumno de los cuatro que han participado en el ciclo, seguía una línea de trabajo con alguno de los experimentos. Del resto de los ensayos nos hacemos cargo el resto de compañeros del grupo porque siempre hay varios ensayos, simultáneamente, cada campaña en la malla.
¿Qué variedades de tomates habéis plantado? Una vez cultivados, ¿a dónde van a parar los tomates?
Normalmente nuestro trabajo despierta la curiosidad de los que visitan la Escuela durante estos meses de pleno cultivo, porque siempre se encuentra gran diversidad de tomates, ¡y se come tomate! Este año por ejemplo teníamos variedades de tomate tradicionales españolas e italianas, había especies silvestres y otras variedades tradicionales interesantes de distintos lugares, de semillas comerciales que vamos probando, como el tomate azul que ha causado admiración este año. Cuando se completan los análisis, comienza el reparto de la cosecha: los estudiantes que desarrollan su trabajo con nosotros, los que colaboran en la campaña, personal de la Escuela… intentamos que no se quede nadie sin los tomates que pide.
En la actualidad mientras la mejora genética continua siendo el eje de nuestra investigación son diversos los proyectos financiados desde los que enfocamos el trabajo, y además hay que tener en cuenta la vertiente formativa ligada a nuestra Escuela. Y cada vez son más también los que vienen a la Escuela a pedir semilla o plántulas para cultivar alguna de las líneas. No solo agricultores profesionales, también de centros educativos, particulares para pequeñas huertas, de autoconsumo o para poner unas pocas tomateras de maceta en el balcón…