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Marta García

16/11/14

Brasil: mucha más flora en peligro de extinción de lo que se pensaba

Un nuevo estudio revela que hay 2.118 especies en riesgo de desaparecer en Brasil, un número cinco veces superior a la lista oficial actual, según los expertos. "Todavía necesitamos saber el riesgo de extinción del 100% de las 43.000 especies de flora, pero al menos tenemos un comienzo", asegura el biólogo Gustavo Martinelli, coordinador del Libro Rojo de la Flora de Brasil (2013), que acaba de ganar el premio literario más prestigioso del país, el Jabuti (tortuga de tierra).

¿Qué significa este descubrimiento para la sociedad? Martinelli responde en términos prácticos: "Todas las especies en peligro de extinción representan una consecuencia económica y social”, afirma. La obra es un esfuerzo importante para cuantificar la riqueza vegetal de Brasil y el galardón es un reconocimiento sin precedentes a la investigación científica en el área de conservación. El estudio también describe plantas y árboles utilizados para la fabricación de muebles, medicamentos, cosméticos y otros productos industriales, o simplemente para la decoración.

Extinción más rápida que la ciencia

El problema, no sólo en Brasil sino en todo el mundo, es que el ritmo de extinción de las especies es mucho más rápido que el de la ciencia para identificar y describir nuevas especies.

Expertos calculan que aún se desconoce entre el 10% y el 20% de las angiospermas (plantas con flores y frutos). En contraste, la tasa de extinción es actualmente 1.000 veces superior al nivel registrado históricamente, dicen los autores del libro. Lo que es más, hasta 2012 sólo 14.500 especies globales se habían incluido en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Parcialmente financiado por el Banco Mundial y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), el libro recoge cuatro años de estudios y analiza 4.619 especies, cerca del 10% de las plantas nativas.

Parece poco, pero no lo es. Sobre todo teniendo en cuenta que hace mucho tiempo que no se hacía una investigación tan extensa. La publicación más similar que existe es Flora Brasiliensis, que se imprimió en 1906.

Brasil sin brasil

Una de las especies que preocupa a los expertos es precisamente lo que le da su nombre a Brasil. Utilizada por los colonos portugueses para la fabricación de colorantes y violines, la madera del palo brasil ha estado amenazada durante mucho tiempo por la degradación de la Mata Atlántica, uno de los sistemas con más biodiversidad del país.

¿Y qué otras acciones acaban con la flora? En esencia, las prácticas insostenibles en la agricultura y la construcción (principalmente proyectos de infraestructura), así como los incendios causados por el hombre. En conjunto, estas causas representan casi el 88% de las amenazas registradas en el libro. Pero calcular los números y los riesgos es sólo el primer paso, dice Martinelli. El siguiente paso es planificar las acciones más urgentes para salvar los biomas y las especies. En este sentido, para diciembre está prevista la publicación del mapa de áreas prioritarias para la conservación de la flora amenazada.

Liderazgo ambiental

Hace unas semanas, la Estación Ecológica Maués, en el sur de la Amazonia, se convirtió en un área de conservación. Después de años de debate, en la zona —refugio de primates y de 600 especies de aves— sólo se puede practicar minería dentro de las áreas y bajo los criterios aprobados por el gobierno federal.

"Las áreas protegidas juegan un papel vital en el cuidado de la flora y la fauna. Son la base de una estrategia para la conservación de las especies para las generaciones futuras ", dice Adriana Moreira, quien encabeza el trabajo del Banco Mundial sobre biodiversidad en Brasil.

La flora también pueden ser cuidada fuera de las áreas de conservación, y la tecnología juega un papel importante en el rescate de las especies más afectadas. Hoy es posible, por ejemplo, guardar semillas durante años o cultivar tipos de plantas en jardines botánicos hasta que el hábitat se recupere. Aunque estos trabajos requieren financiamiento constante, que no siempre logran obtener los investigadores en el área.

En el bosque o en la ciudad, Brasil necesita preservar mejor sus propias especies. El país más grande de América Latina es uno de los que firmó la Convención sobre la Diversidad Biológica y las Metas de Aichi (2011), que los obliga a evitar la extinción de especies amenazadas.

Los firmantes de la convención también se comprometen a conservar y administrar mejor su biodiversidad. "Brasil debe tener un papel de liderazgo en este trabajo, precisamente porque es muy diverso", concluye Martinelli. "Espero que el estudio de las especies en riesgo ayude al país a pensar en un patrón más equilibrado de desarrollo".