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Irene Campos

26/10/14

Controlan la mosca blanca del tomate con cruzamientos

Bemisia tabaci (Gennadius), más conocida entre los cultivadores de hortalizas como la mosca blanca, fue descrita hace más de 100 años y desde entonces se ha convertido en una de las plagas más peligrosas para la agricultura del trópico y el subtrópico.

La especie se adapta fácilmente a las plantas hospederas y a nuevas regiones geográficas, además sus biotipos se han identificado en diferentes áreas del mundo, lo cual sugiere que se trata de una especie compleja que cuando es sometida a estrés puede evolucionar.

Según la profesora Nora Cristina Mesa, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, tanto los adultos como los estados inmaduros de esta plaga ocasionan daños directos a los cultivos al succionar la savia de las plantas, produciendo amarillamiento, encrespamiento y defoliación.

“Estos fenómenos van acompañados de secreción de sustancias azucaradas que cubren la parte superior de las hojas y sirven de sustrato para el crecimiento de hongos de micelio negro (fumagina), pertenecientes a géneros como Cladosporium y Capnodium, los cuales interfieren en los procesos de fotosíntesis”, dice la docente.

B. tabaci es la principal plaga que afecta el cultivo de tomate en el Valle del Cauca. Los daños que ocasiona se han incrementado a través del tiempo, siendo considerada una plaga primaria contra la cual se hace uso excesivo de insecticidas, “no obstante, ha mostrado resistencia a varios de estos productos, hasta el punto de que en el futuro los insecticidas de síntesis no serán efectivos para ello”, asegura la profesora Mesa.

Por ello, en la Sede Palmira, el Programa de Mejoramiento Genético, Agronomía y Producción de Semillas de Hortalizas trabaja en el desarrollo de una variedad de tomate resistente a la plaga Neoleucinodes elegantalis. Para ello implementan la técnica de introgresión genética que consiste en el movimiento de genes de una especie a otra, algo similar a la hibridación.

En el proceso se utilizaron 12 ejemplares o accesiones de las especies silvestres de tomate S. habrochaites y S. peruvianum (L.) Mill, y una accesión de tomate S. lycopersicum L., fuentes de resistencia a diferentes plagas limitantes del cultivo, entre ellas B. tabaco.

Los investigadores evaluaron la resistencia a esta plaga en poblaciones producidas a partir de cruzamientos entre tomate cultivado S. lycopersicum cv. y tres accesiones de la variedad glabratum de S. habrochaites resistentes al pasador del fruto.

“En ambos ciclos de cultivo se encontró baja población de mosca blanca, siendo mayor el número de ninfas que de huevos, especialmente en los tercios medio e inferior de la planta. Los genotipos preferidos para oviposición fueron Unapal-Maravilla (M) y 36110P3 (36) con promedios de 0.051 y 0.041 huevos por hoja, respectivamente”, dice Yeimi García Valencia, tesista del proyecto.

Para el promedio de ninfas se encontró que el genotipo 3247P4 (32) fue el más afectado por B. tabaci con un promedio de 0,27 ninfas por hoja. “En el estudio, las poblaciones fueron muy bajas, comparadas con los resultados hallados por Morales y Carmeli (2001), quienes en cultivares de tomate encontraron por metro cuadrado 12.967 y 6.125 huevos y ninfas, respectivamente”, sostiene la profesora Mesa.

El estudio para el hallazgo de tomates resistentes continúa en la Sede Palmira, mostrando avances como este.