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Irene Campos

22/09/13

El buen año agrícola eleva al 14% la venta de fitosanitarios hasta agosto

El valor de las ventas de fitosanitarios en España ha aumentado un 14 % hasta agosto, según ha indicado el director general de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), Carlos Palomar, que calcula que la facturación del sector en 2013 supere los 700 millones de euros.

Palomar ha explicado que la subida prevista para este ejercicio respecto a los 646 millones registrados en 2012 se producirá por el buen comportamiento del actual año agrícola, que ha pasado por una "buena cosecha de cereales de primavera y buenas perspectivas en los sectores de viña y cítricos". "Nadie aplica e invierte en fitosanitarios de manera gratuita, y como este año ha sido mejor, esperamos alcanzar unas ventas de 95 millones de kilos de productos fitosanitarios, frente a los 90 millones de kilos de media anual de los últimos años", ha apuntado.

Palomar ha valorado la puesta en marcha del Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios (PAN) aprobado en Conferencia Sectorial de Agricultura en diciembre de 2012, del que asegura que "será una evolución y no una revolución" en materia de producción sostenible y que aún se encuentra en fase de desarrollo. Y es que, a su juicio, la prevención, vigilancia y la actuación -de ser necesaria- ante una plaga ya se hacía de manera habitual por los agricultores, que "ya habían hecho los deberes" al ser España "un país netamente exportador con protocolos que cumplir ante las cadenas de distribución".

Los cultivos menos sofisticados como "la viña extensiva o los cereales quizá sean los que más van a cambiar su trabajo" a raíz de la PAN, resultado de la trasposición de la directiva de 2009 sobre uso de fitosanitarios en la legislación española, ha añadido.

En cuanto a la publicación prevista de guías de Gestión Integrada de Plagas (GIP) por cultivos o grupos de cultivos, tal y como prevé el PAN, ha señalado que se publicarán a partir de enero de 2014 y que previsiblemente "se ajustarán a los propios calendarios de los cultivos".

Respecto al desarrollo del PAN, ha advertido de que aún hay que perfilar todo lo relativo a la inspección de aplicadores fitosanitarios, las revisiones de equipos de pulverización y las estaciones de inspección y su logística.

La renovación de los carnés de aplicador de fitosanitarios, que ya emitían las diferentes comunidades autónomas, y la figura y titulación de los asesores técnicos autorizados son otras de las tareas que quedan aún por puntualizar, según el responsable de Aepla.

En relación a la moratoria de dos años en la Unión Europea en el uso de pesticidas neonicotinoides por su efecto entre la población de abejas, ha mencionado su repercusión negativa en la importante producción española de semilla de girasol tratada con dichos insecticidas. "En algunos cultivos habrá que volver a las aplicaciones tradicionales de hace 15 años", ha afirmado antes de explicar que "el coste para los agricultores puede ser que aumente pese a que la semilla sea más barata".

Además, para el director de Aepla, hay que ver aún el impacto de las nuevas soluciones previstas en la gestión de plagas, "ya que la lucha biológica no siempre se traduce en un menor uso de plaguicidas", y hay que continuar aumentando el grado de sofisticación de los productos fitosanitarios.

Como ejemplo, ha comentado que pasar de una aplicación de un insecticida de amplio espectro de última generación para controlar las plagas del tomate de invernadero a varios tratamientos diferentes para la mosca blanca, el gusano o el pulgón encarece tanto los costes de producción como el producto final.

Para 2014, la industria fitosanitaria se ha propuesto conseguir que la UE "reconozca la labor científica de las empresas" de este sector y continuará trabajando por una agricultura sostenible en la que se compagine el uso de los plaguicidas con la producción agrícola.

También insistirán al Ejecutivo español para que "sea un motor y no un freno para la actividad agrícola" de tal forma que España deje de ser "el país europeo con el sistema de registro de productos fitosanitarios más lento", ya que ahora se tarda unos cinco años en registrar uno nuevo.