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Irene Campos

15/07/15

El tomate para combatir el calor

Según Estela Santana, diplomada en Nutrición y Dietética y colaboradora con la IGP Tomate La Cañada, debe mantenerse una dieta equilibrada en frutas y verduras durante todo el año, pero es bueno hacer ligeros cambios en verano porque la temperatura, la necesidad de líquidos, y la actividad física aumentan de forma paralela en esta estación.

En este sentido cabe destacar que el componente mayoritario del tomate es el agua (94%), que junto con los minerales que contiene (potasio y fósforo) le convierte en un excelente diurético y por ende, en una fuente de hidratación de excepción. Posee también una buena cantidad de fibra e hidratos de carbono que le proporcionan el sabor ligeramente dulce, el cual junto con los ácidos orgánicos, que le aportan un cierto sabor ácido, se obtiene el sabor característico del tomate.

“Cuando hablamos de las verduras, se recomienda que se coman crudas, ya que un proceso de preparación posterior las haría perder muchas de sus propiedades. Además, al estar crudas, tienen un menor aporte calórico y generan mayor sensación de saciedad”, manifestó la nutricionista.

En el caso de la población más sensible a la deshidratación y los golpes de calor, como niños y mayores, deben consumir cinco piezas de frutas y verduras diarias, en las que no falte nunca, el tomate. No obstante, junto al consumo de alimentos ricos en agua, el consumo de agua es fundamental para estar hidratados.

El tomate, estrella de las recetas veraniegas

Aunque es aconsejable consumirlo durante todo el año, el verano es una época en la que “podemos sacarle mucho jugo tomándolo en diferentes formas: crudo, procesado en salsa, puré, jugo de tomate, deshidratado, enlatado o como guarnición. Es un alimento que se puede consumir de múltiples formas aunque yo aconsejo sobre todo consumirlo crudo y con piel, puesto que es de la manera en la que podemos beneficiarnos de todos sus nutrientes”.

Además de sus propiedades y de sus múltiples beneficios, Estela Santana también destaca que el tomate con Indicación Geográfica Protegida, cultivado en los campos de la zona de Los Llanos de la Cañada, Níjar y del Bajo Andarax, es un producto único, genuino y siempre recomendable.

Un cúmulo de características, que solo pueden producirse en los campos de cultivo donde se produce el tomate con Indicación Geográfica Protegida que hace que este fruto tenga altas cantidades del compuesto que, probablemente, más lo diferencia de cara a los beneficios que reporta para la salud en aquellos que lo consumen; el licopeno. Este pigmento vegetal, responsable del color rojo de los tomates, aparece cuanto mayor es la concentración salina en las aguas de riego y del que los estudios científicos van constatando cada vez más propiedades saludables, sobre todo en lo que se refiere a la prevención de dolencias o enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros problemas de diversa índole.