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"La crisis nos afectó y, entonces, pensamos en poner en marcha, como economía complementaria, una plantación de fresa ecológica en Belmonte de Pría, donde vivimos”, subraya este joven emprendedor, que ahora trabaja de nuevo como albañil en Arriondas.

La primera plantación la puso en marcha junto con su madre, María Teresa Pascual, titular de la finca, en 2013. “Optamos por sembrar ecológico porque creemos que, aunque todavía no tiene mucha demanda a nivel general de mercado, sí va creciendo el número de personas que buscan este tipo de productos. El primer año sembramos 7.000 plantas y, precisamente por ser el primero, nos resultó bastante duro”, comenta. “Hubo momentos de bajón, pero cuando tuvimos en la mano las primeras fresas, fue una satisfacción. Ya se sabe, luchando y aprendiendo. Actualmente ya contamos con el certificado ecológico y nos sentimos muy satisfechos”, añade.

En el concejo de Llanes, su producto, que firma con el nombre de Fresamia, es ya conocido y demandado tanto por particulares como por el sector de hostelería. “En el futuro, también queremos elaborar mermeladas y acudir a más mercados para que nos conozcan”, resalta este joven, que no desfallece a pesar de cuanto implica el cuidado de un producto que lleva el certificado de ecológico. “Paso todas las tardes por la plantación para trabajar junto a mi madre. Este año hemos sembrado un total de 9.000 plantas y, aunque sufrimos los rigores de la niebla, con la mejora del tiempo nos sentimos mucho más optimistas sobre una nueva recogida de fresa que será, aproximadamente, a partir de julio”.

En cuanto al futuro profesional en el campo, este emprendedor es claro: “Yo no creo que el campo tenga futuro, yo creo que el campo es el futuro”.