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RAIF: El tigre del almendro (Monostira unicostata)

El tigre del almendro (Monostira unicostata), pertenece al orden de los homópteros.  Es uno de los insectos que más puede afectar al cultivo, ocasionando daños principalmente en la masa foliar del almendro, reduciendo la función fotosintética de la hoja y originando un decaimiento generalizado del árbol, con la consiguiente reducción de la futura cosecha.

 

El adulto es una pequeña chinche de unos 2’50 mm de largo y color parduzco con franjas transversales más oscuras. El huevo es de color amarillo. Las larvas pasan por cinco mudas en un 1 mes y se agrupan en colonias, habitualmente en el envés de las hojas. Este insecto presenta entre 3 y 4 generaciones anuales entre la primavera y final del verano. El tigre pasa el invierno en estado de adulto alojado al amparo de oquedades y hojarasca. Es al inicio de la primavera y dependiendo de las condiciones ambientales cuando comienza su actividad afectando a todos los órganos vegetativos del árbol, aunque su incidencia se centra principalmente en la parte foliar. Las larvas se sitúan en el envés de las hojas,  picándolas y chupando la savia, lo que provoca abarquillado y amarilleo de las mismas, llegando a quedar totalmente defoliados los árboles afectados.

 

Los ataques más intensos se producen en verano, con la aparición de la 3º generación, cuyas poblaciones son más numerosas. Las altas temperaturas acompañadas de falta de precipitaciones favorecen su actividad biológica.

 

Como medida preventiva para evitar su proliferación, hay que racionalizar el uso de productos fitosanitarios, eligiendo aquellos formulados respetuosos con la fauna auxiliar existente alrededor del cultivo y que pueden controlar las poblaciones de este agente, principalmente el grupo de depredadores de las familias antocóridos, cecidómidos y coccinélidos. Además, se aconseja, proceder a la retirada de las hojas secas del suelo durante el invierno, en aquellas parcelas con elevadas poblaciones, reduciendo de esta manera la presencia de adultos invernantes.

 

En las zonas donde en pasadas campañas tuvieron altas poblaciones de este insecto, será necesario efectuar tratamientos de invierno contra los adultos invernantes, así como al final de la primavera cuando aparezcan las primeras colonias. Siempre y antes de realizar cualquier operación de control fitosanitario debemos valorar concienzudamente la presencia del agente así como del grado de presencia. Los estados de ninfas y adultos son los más vulnerables a la hora de combatir esta plaga (Enlace)

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