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Ha comenzado una nueva campaña para los cultivos hortícolas protegidos. Ésta suele estar divida en dos ciclos, aunque cabe la posibilidad de que se desarrolle en uno sólo llamado anual, largo o único.  El primer ciclo o de invierno, se siembra a mediados o finales de verano y termina normalmente en febrero. Predominan los cultivos de pepino, pimiento y tomate.

 

El segundo ciclo o de primavera, comienza en febrero o marzo y termina en junio-julio. Las especies que predominan en este ciclo son las de sandía, melón, tomate, pimiento y judía. Después de la campaña hortícola, se procede a efectuar las enmiendas orgánicas y desinfecciones de los invernaderos.

 

Algunas de las medidas recomendables a efectuar en el cambio de ciclo son las siguientes:

 

• En el caso de cultivos dentro de una misma campaña, las parcelas deben estar libre de cultivos al menos 15 días.  En caso de estar bajo el control biológico de plagas, los plazos podrán reducirse bajo criterio del técnico responsable.
• No se abandonará el cultivo al final del ciclo productivo.
• Se eliminarán las malas hierbas y restos vegetales de cultivos anteriores por medios manuales o mecánicos, pudiéndose incorporar sobre el suelo cuando no representen un riesgo de transmisión de plagas.
• No se abandonan restos vegetales en las lindes de las parcelas.
• La estructura (plástico, palos, mallas, etc.) se lava con agua abundante para eliminar restos de tratamientos antes del inicio del cultivo.
• Los sistemas de ventilación, bandas, cumbreras y roturas deberán estar selladas con malla. Debe estar instalada la doble puerta y las cubiertas en buenas condiciones, manteniendo al máximo la hermeticidad.
• Se emplearán plántulas procedentes de semilleros autorizados.