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RAIF: Riesgo de repilo en olivar

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Las condiciones meteorológicas que se vienen produciendo con suaves temperaturas y presencia de agua sobre la superficie vegetal del cultivo de olivar, bien sea, procedente de la condensación en forma de agua de rocío o por las lluvias registradas  de principios de semana, están generando las condiciones idóneas para el desarrollo y proliferación del Repilo (Fusicladium oleagineum). Por lo tanto, es recomendable tomar las medidas oportunas para evitar una elevada incidencia de esta enfermedad, más aun cuando se prevén lluvias para los próximos días.

Hay que recordar que para que la infección tenga lugar se necesita agua libre sobre la conidia (elemento reproductor del hongo) y sobre la zona de penetración en el tejido receptor (normalmente la hoja), así como temperaturas comprendidas entre los 8 y 24ºC. con una temperatura óptima de 20ºC. Se debe prestar especial interés a aquellas plantaciones próximas a ríos, arroyos y vaguadas, donde la humedad es muy alta y las infecciones pueden ser continúas.

Los síntomas más característicos del repilo es la aparición en el haz de la hoja, de manchas circulares de color oscuro y en ocasiones rodeadas de un halo amarillento, estas manchas pueden ser de diferentes diámetros incluso de 1 cm, por otra parte, en el envés de la hoja pueden aparecer manchas oscuras a lo largo del nervio central, además también pueden aparecer presencia de su incidencia en el pedúnculo del fruto siendo estas poco habituales en comparación a las infecciones foliares.

También nos podemos encontrar con hojas que están afectadas por la presencia de las conidias de esta enfermedad y que no muestran síntomas visibles. Esto es conocido como Repilo incubado o latente.

Para comprobar la presencia de estas infecciones latentes de repilo, existe un método que posibilita un diagnóstico rápido de la enfermedad, antes de que aparezcan los síntomas externos, para ello, se sumergen las hojas a analizar en una solución de hidróxido sódico (Sosa caustica) al 5% dejándolas durante unos 25 minutos, a medida que se vaya alcanzando este periodo de tiempo irán apareciendo manchas más o menos circulares de color negro en el haz o en el nervio central del envés de las hojas.

Debemos de evitar utilizar con este método, tanto hojas muy jóvenes (en formación) ya que pueden dar falso positivos, así como hojas con heridas o dañadas.

Como medidas culturales se aconseja la realización de podas selectivas que favorezcan la ventilación dentro del árbol, así como el empleo de marcos de plantación que eviten copas densas o muy juntas.

La utilización de variedades resistentes es muy recomendable, sobre todo en zonas donde la enfermedad sea endémica o en parcelas donde se den condiciones favorables (Vaguadas, cerca de arroyos, etc.).

Sin embargo, la medida de control más utilizada es la aplicación foliar preventiva de fungicidas, especialmente de compuestos cúpricos. Estos actúan como protectores, inhibiendo la germinación de las conidias e impidiendo el establecimiento de la infección.

En caso de realizar estos tratamientos fungicidas se aconseja el empleo de suficiente caldo, para mojar bien toda la copa del árbol (especialmente las ramas bajas e interiores) y siempre empleando productos autorizados para el control de esta enfermedad en el cultivo de olivar, leer detenidamente la etiqueta de los formulados y respetar los plazos de seguridad de los productos empleados.

 

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