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RAIF: Vid. Importancia de valorar la presencia de oruga peluda en vid.

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Ocnogyna baetica Ramb. Es una especie univoltina (una sola generación) y polífaga de localización circunmediterránea, que en España se encuentra asentada en la mitad sur, donde, debido al aspecto de sus larvas, se la conoce vulgarmente como "oruga peluda". Se alimenta de una gran cantidad de especies espontáneas tales como Borago officinalis, Malva sylvestris, Mercurialis annua, Erodium ciconium… y de plantas cultivadas Vicia faba y Vitis sp.

Las orugas errantes se alimentan de las yemas principales de la vid, lo que obliga a la cepa a brotar una yema secundaria que ya no presenta racimos, por lo que la pérdida de cosecha está garantizada.

La emergencia de adultos se produce de octubre a diciembre según zonas. Una vez realizada la puesta la incubación dura de 40 a 70 días, por lo que la eclosión se produce en los meses de diciembre y enero. Las larvas forman colonias refugiadas bajo telarañas que ellas mismas tejen. Las colonias se desplazan alimentándose de las plantas herbáceas situadas bajo la telaraña. En los meses de marzo-abril se dispersan, se alimentan vorazmente hasta que alcanzan la madurez y crisalidan en el suelo. El periodo de crisalidación dura varios meses y en el otoño siguiente darán nuevas mariposas. Las lluvias otoñales favorecen la salida de adultos. En cambio, las invernales les son perjudiciales. Estas orugas son muy resistentes al frío.

Es importante eliminar los focos próximos a los cultivos para evitar que en el momento de la dispersión se desplacen a la viña en la que podrían producir graves daños.

Los primeros nidos (telarañas) se observaron sobre el 10 de diciembre de 2018. Se observa una presencia moderada, con una distribución irregular. Es aconsejable vigilar la evolución de las telarañas en el viñedo y en su entorno. En otoños lluviosos como este, la presencia de poblaciones de oruga peluda suele ser elevada. Los adultos pasan el verano enterrados y cuando el suelo se moja lo suficiente, como con estas lluvias de otoño, salen a la superficie.

Entre las medidas culturales que pueden ayudar a disminuir la incidencia de estos Lepidópteros están:

  • Si el número de telarañas es escaso, la destrucción física de los grupos de larvas en las primeras fases, cuando se encuentran agrupadas, como están en la situación actual, puede ser un buen método. Se recomienda acometer la destrucción de las colonias cuando están agrupadas. En este momento, el control es más económico y tiene un menor impacto ambiental.
  • El laboreo destruye gran número de crisálidas impidiendo que las mismas completen su ciclo.
  • El control con insecticidas autorizados en terrenos sin labrar, lindazos, bardales u olivares con cubierta vegetal.
  • Se recomienda recorrer las lindes de las viñas y terrenos aledaños en las mañanas con rocío, dado que las telarañas adquieren un característico color blanquecino y brillante que facilita su localización. Las colonias pueden destruirse con lamparillas o pisándolas, cuando aún son pequeñas, especialmente en viñedos ecológicos o en parcelas que tengan limitado el uso de productos químicos.
  • Los tratamientos generalizados en el viñedo pueden eliminar también a los insectos auxiliares que controlan los focos de araña, de ahí que es siempre preferible acciones tempranas más selectivas y focalizadas, centradas exclusivamente en la erradicación de la oruga peluda.

 

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