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Marta García

06/05/14

Un estudio científico demuestra que el riego en la vid mejora la calidad de la uva

Un estudio científico demuestra que una aportación de riego "de forma controlada y deficitaria" en la vid en zonas de España más secas mejora la calidad de la uva, además de la producción y la rentabilidad para el viticultor. Este estudio, llevado a cabo en el seno del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, se ha dado a conocer en el transcurso de las XXXVI Jornadas de Viticultura y Enología de Tierra de Barros, que se están desarrollando esta semana en Almendralejo (Badajoz). El investigador valenciano Diego Intrigliolo Molina ha explicado este estudio en la ponencia "Regar o no regar", en estas jornadas, que organiza el Centro Universitario Santa Ana. "Espero que el tema sea de interés para los viticultores de toda España", ha apuntado Intrigliolo en una entrevista concedida a EFE, en la que reconoce que se trata de "un tema muy controvertido" por la aplicación o no del riego.

Durante años había una creencia sobre el efecto negativo del riego en la calidad de la uva, que hizo que incluso hasta 1995 estuviera prohibido el riego en este cultivo, ha recordado el investigador.

Según el estudio, el resultado del riego es que permite mejorar la calidad de la uva en los años más secos, ya que una aportación de riego "puede ser incluso beneficiosa", sobre todo, para la variedad tempranillo.

El déficit hídrico puede hacer que se resienta la vid y la calidad

Las aportaciones de riego para la variedad tempranillo que se aconsejan están en torno a 1.500 metros cúbicos por hectárea, es decir, una cantidad deficitaria, que "no llega a cubrir las necesidades totales de la cepa".

Con esta cantidad se puede llegar a incrementar un 20 o un 30 por ciento la producción de secano y "sin perjudicar la calidad o mejorándola", ha explicado.

Y es que, según este investigador valenciano, un déficit hídrico severo puede hacer que se "resienta la producción desde luego, pero también la calidad" de la uva.

El estudio, que se basa en datos aportados por estudios anteriores realizados por investigadores extremeños en la finca La Orden-Valdesequera, se completa con unas "fórmulas sencillas" que permite aconsejar al viticultor sobre la cantidad y el momento adecuado para el riego de la vid.

En opinión de Intrigliolo, al contrario de lo que se ha venido pensando hasta ahora, el mejor momento para el riego es en julio y en agosto, ya que durante la primavera la planta se nutre con la humedad de la primavera.