26/11/11
Los agricultores europeos, descontentos con su papel en la sociedad
Una encuesta a agricultores y consumidores europeos revela los puntos en común (y también las diferencias) sobre su opinión respecto a cómo se ven dentro de la sociedad.
El estudio muestra que muchos agricultores europeos no están satisfechos con su trabajo. Un dato: únicamente un 12% de agricultores alemanes están ‘muy satisfechos' o ‘totalmente satisfechos' con su trabajo; en España, este porcentaje disminuye hasta un valor de un 8% y en Francia, sólo alcanza un 6%.
"Aunque los agricultores perciben la agricultura como una vocación, lo que consideramos positivo, están decepcionados con su posición en la sociedad, la cual consideran bastante negativa", comenta Thomas Schafer, director de desarrollo de negocio de Synovate, la empresa de marketing que hizo la encuesta (Foto 1).
Trescientos agricultores en España, así como en Francia y Alemania, fueron entrevistados por teléfono. Además se preguntó también a mil consumidores de cada país. La encuesta se llevó a cabo entre junio y julio de 2011.
Una de las razones para el descontento puede ser que los agricultores creen que no son respetados por la sociedad. De acuerdo con la encuesta, sólo 2 de cada 10 agricultores respondieron positivamente a la afirmación "Nos sentimos respetados".
Los resultados de la encuesta realizada a los consumidores no contradijo esta percepción. Más del 80% de los encuestados opinó que respetaba a los agricultores, sin embargo, muy pocos pensaban que la sociedad como conjunto les respetara.
La única excepción es Francia. Sobre un 40% de los consumidores encuestados creían que la sociedad francesa respetaba a los agricultores. Las personas encuestadas en los otros dos países que respondieron esto no superaron el 20%. "Esto plantea la pregunta: ¿por qué los consumidores franceses creen que la sociedad respeta a los agricultores, pero los agricultores franceses creen que no es así", se pregunta Schafer.
Diferencias de conceptos
La encuesta mostró una diferencia significativa entre la comprensión que tienen los consumidores sobre la agricultura (bastante baja) y de su interés sobre la misma (alta). Alrededor del 56% de los consumidores opinaron que estaban interesados en los temas agrícolas y alimentarios, pero sólo el 31% opinaba que tenía suficientes conocimientos de la agricultura como para entender lo que está pasando. "Debería ser música para nuestros oídos que los consumidores estén interesados en la agricultura", dice Schafer.
En la encuesta, la mitad de los consumidores respondió que no pagaría más por alimentos producidos de una manera más respetuosa con el medio ambiente. De hecho, los agricultores y los consumidores coinciden en este punto, de un 50% a un 70% de los entrevistados coincidieron en que los consumidores no están dispuestos a pagar más por alimentos producidos de una manera ecológica. "Por supuesto, para algunos consumidores esto puede ser una cuestión económica", añade Schafer.
Thierry de l'Escaille (Foto 2), agricultor en Francia, Bélgica y Países Bajos y que ostenta el cargo de director general de la Organización Europea de Propietarios de Fincas, no se sorprende por los resultados de esta encuesta.
"Cuando hablamos de la imagen de los agricultores, hay una enorme discrepancia entre los agricultores y los consumidores", dice. "La percepción del público en general se aleja de la realidad. Los agricultores son vistos como una causa del problema ambiental, no como la solución. Se les debe dar el reconocimiento debido, no sólo para la producción de alimentos, sino para una amplia gama de servicios medioambientales que llevan a cabo".
"Estamos sujetos a la percepción negativa que tienen los consumidores de nosotros, y, como resultado, es más difícil tener acceso a las nuevas innovaciones y tecnologías, y no estoy hablando sólo de la biotecnología", dice. "La falta de confianza en la agricultura y la legislación son barreras significativas para nosotros a la hora de acceder la tecnología".
En el futuro, los agricultores se enfrentan cada vez más al aumento de los costes de producción, de los fertilizantes, de la energía, del agua, etc. De l'Escaille añade: "El resultado es que una gran cantidad de agricultores quieren dejar el sector y sólo las grandes explotaciones son las que seguirán adelante, y eso no es lo que estamos buscando".
Y concluye: "Que quede claro: garantizamos el acceso a comida suficiente que además cuenta con los estándares de calidad más exigentes del mundo. No es un problema de calidad de los alimentos. Este es un debate emocional".